lunes, 17 de diciembre de 2012

"Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío."

Carta de Simón Bolívar a su novia de juventud y prima


Querida prima:

¿Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro? Ha llegado la última aurora: tengo al frente el mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma, por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensueños de 1.805; por sobre mí, el cielo más bello de América, la más hermosa sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz...

Tú estás conmigo, porque todos me abandonan; conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia. ¡Adiós Fanny!

Esta carta llena de signos vacilantes, la escribe la misma mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza, de la fe; esta es la letra escritora del decreto de Trujillo y del mensaje al Consejo de Angostura. No la reconoces, ¿verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante. Si yo hubiera muerto sobre un campo de batalla, dando frente al enemigo, te daría mi gloria, la gloria que entreví a tu lado, a los campos de un sol de primavera.

Muero despreciable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores; víctima de intenso dolor, presa de infinitas amarguras. Te dejo mis recuerdos, mis tristezas y las lágrimas que no llegaron a verter mis ojos. ¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda? Estuviste en mi alma en el peligro; conmigo presidiste los consejos de gobierno; tuyos fueron mis triunfos y tuyos mis reveses; tuyos son también mi último pensamiento y mi pena postrimera. En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por los canales de Venecia, ¡en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú: porque tú has flotado en mi alma mostrada por níveas castidades!

A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las íntimas congojas, apareces ante mis ojos moribundos con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras, y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas, y en tu voz oigo las dianas inmortales de Junín.

Adiós, Fanny, todo ha terminado. Juventud, ilusiones, risas y alegrías se hunden en la nada, sólo quedas tú como ilusión serafina señoreando el infinito, dominando la eternidad.

Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.

Santa Marta, 6 de diciembre de 1830.


Simón Bolívar

martes, 18 de septiembre de 2012


There is a pleasure in the pathless woods,
 There is a rapture on the lonely shore,
 There is society, where none intrudes,
 By the deep sea, and music in its roar:
 I love not man the less, but Nature more,
 From these our interviews, in which I steal
 From all I may be, or have been before,
 To mingle with the Universe, and feel
 What I can ne'er express, yet cannot all conceal.
-- George Gordon, Lord Byron

miércoles, 18 de julio de 2012

Amistad Estelar. 
“Eramos dos amigos.
Nos somos extraños. 
Y está bien. 
Somos dos barcos cada uno con su meta. 
Podemos encontrarnos y celebrar una fiesta... 
pero la omnipotencia de nuestras tareas nos ha separado, 
impulsado a mares diversos y a otros soles, 
y quizá no nos volvamos a ver. 
O quizá nos volvamos a ver, 
sin reconocernos, de tanto que aquellos mares y soles nos hayan cambiado. 
Hacernos extraños uno a otro es la ley... 
Por eso se ha de hacer cada vez más sagrado el pensamiento de nuestra antigua amistad.
Probablemente existe, en lo invisible, una trayectoria formidable, órbita estelar, 
en que nuestros caminos y metas diferentes quedan incluídos como pequeñas etapas.
Elevémonos hasta este pensamiento. 
Sólo que nuestra vida es tan corta, y nuestra vista tan débil... 
Creamos pues a nuestra amistad estelar, 
aunque sobre la tierra tuviéramos que ser enemigos”.

Nietzsche

miércoles, 11 de enero de 2012

Un mar de fueguitos

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso – reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano. - Memorias del Fuego

viernes, 29 de abril de 2011

GENES

..."La ira, el exceso de orgullo, el enculamiento, son cosas que seguramente provienen de la genética."

miércoles, 20 de abril de 2011

de bibliomanía y otras yerbas...

"Una ciudad se define por el tipo de patologías que impulsa. La lectura fanática y la bibliomanía podrían considerarse locuras típicas de Buenos Aires..."